VIAJES A TÚNEZ
En el norte africano, acurrucado entre sus dos gigantescas vecinas Libia y Argelia, se encuentra el pequeño Túnez. Sus 1200 km de playas sobre el Mediterráneo, en otros tiempos codiciadas e invadidas por fenicios, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, otomanos y franceses, dan hoy la bien venida al viajero, quien agradecido se zambulle en sus aguas transparentes escapando del abrasador sol del verano. República constituida en 1957, cuya población -árabe en su gran mayoría- profesa en un 99 por ciento el islamismo, permite la práctica de otras religiones -muy minoritarias- como las cristiana y judía. Playas, desiertos, oasis, ciudades perdidas en las arenas del tiempo y medinas (zonas antiaguas) que dan marco a exquisitos bullicios bazares atraen a más de cinco millones de turistas al año. No hay mejor punto para comenzar a descubrir este maravilloso país que su capital, Túnez, altos edificios de acero y cristal, centros de compras, catedrales, galerías de arte y dafés al aire libre sombreados por altas palmeras se extienden sobre las amplias avenidas de la ville nouvelle y nos conducen hasta Bab el-Bahar (Puerta del Mar). Un paso más y todo cambia, una misteriosa medina (ciudad vieja) se extiende bulliciosa y encantadora. Por vericuetos de estrechas callejuelas se llega al Souk el Attarine (Zoco de los Perfumes), un bazar donde hierbas y velas aromáticas, inciensos y aceites esparcen sus perfumes al ritmo de las moufas, la música tradicional tunecina de estilo árabe. Los precios de los artículos son excesivos, así que dejar las timideces de lado y comenzar a regatear, es un buen ejercicio que proporciona muy buen humor. Una calle más abajo se encuentra la Gran Mezquita Ez Zitouna, o Mezquita del Olivo; data del siglo VII, y con la vestimenta convencional se podrá entrar pero solo hasta el patio ya que el interior está vedado para los no-musulmanes. A la salida hay que dirigirse al Souk el-Berka, zoco en otros tiempos dedicado a la venta de esclavos donde sobre sus angostas veredas se esparcen exquisitas joyas. Muchos son los zocos y bazares: los hay de sedas, plata, bronce y cobre; de cerámicas, cuero, antigüedades y de las alfombras; todos atrapantes. A la salida de la medina hay un hammam o casa de baños pública, excelente para relajarse luego de la larga caminata. Comprando un ticket en la entrada se accede a los baños, inclusive a los de vapor, y a un kassa, enérgico masaje que deja listo para seguir camino. A los hombres se les proveerá con una toalla de la casa; sin embargo las mujeres deberán ingresar con la propia y no quitarse la ropa interior. No hay que irse de la capital sin antes visitar el Museo Bardo, 4km al norte. Su colección de mosaicos romanos es una de la más completas del mundo y un espectáculo imperdible. Está abierto todos los días excepto los lunes, al igual que los demás museos del país. VIDA NOCTURNA: En Túnez la temporada de teatro dura de octubre a junio y durante ella suelen acudir los principales grupos internacionales, especialmente franceses, al igual que importantes orquestas internacionlales. Además del Teatro de Tunez, ciudades importante como Hammamet y Sousse cuentan tambien con la participación de importantes grupos nacionales e internacionales. Hay numerosos cines en las ciudades más grandes. Hay salas de fiestas en la mayoría de los hoteles playeros así como en los hoteles de las ciudades grandes. En los cabarets es normal los bailes y la música tradicional. DEPORTES: Planeadores : El sitio más conocido es el Centro Federal de Jebel Rassas, a 25km de Tunez, donde cuentan con instructores cualificados. Golf: Hay excelentes campos en Kantaoui cerca de Sousse, Monastir, Tabarka, Tunez, Hammamet y Jerba. Los Campeonatos Internacionales han atraído a muchos de los principales jugadores del mundo. Creados por arquitectos eminentes, los recorridos cuentan con arbolados de palmeras, olivos, etc. Cada hoyo suele situarse en un tipo diferente de terreno, contando con céspedes importados de California. Cuentan con clubs donde se puede alquilar todo el equipo. Pesca : La abundancia y la gran variedad de pescados ha convertido la pesca en un deporte popular. Hay buenos lugares para la pesca submarina con zonas de coral, pulpo, esponjas, etc, como en las Islas de Kerkenah, en la isla de Jerba y en el Golfo de Gabès; el atún para los expertos en Sidi Daoud.. Buceo : Los lugares principales se localizan en Tabarka, Monastir y el Puerto Kantaoui. Para la práctica de pesca submarina es necesario traer su propio equipo pudiendo informarse sobre las restricciones existentes en la Oficina de Turismo, puediendo recambiar sus botellas de aire en las oficinas de la Société de l´Air Liquideat Mégrine, a 7km de Tunez, y en Sfax. En caso del accidente, hay cámaras de descompresión en la Estación Naval de Bizerta. Natación : Tunez cuenta con tres piscinas públicas. La mayoría de los hoteles en la costa tienen piscina y playa privada. Aguas Termales: Hay aproximadamente 100 estaciones a lo largo de Túnez, principalmente en el norte del país. Muchos de los manantiales de agua mineral se han usado para este propósito desde la época romana y púnica. Las estaciones más importantes cuentan con personal especializado. Las más conocidas son aquellas especializadas en reuma, artritis, pulmón y problemas de piel, problemas circulatorios y ginecológicos. Las Oficinas de Turismo ofrecen información tedallada al respecto. Navegación : El puerto de Kantaoui ogrece amarre para 340 barcos. Además dispone de escuela de navegación, alquiler de barcos y tiendas bien surtidas con todo tipo de material naútico. Los precios son competitivos, sobre todo durante el invierno. Hay un puerto deportivo recientemente abierto en Monastir con medios similares. El Club de Le Nautique de Sidi-Bou Said cuenta con material para hacer ski acuático. Un nuevo puerto deportivo se ha inaugurado recientemente en Tabarka. Túnez es un país muy pequeño pero poseedor de un gran legado cultural debido a los muchos imperios que han pasado por él. Un país moderno bañado por el mediterráneo, con hoteles de ensueño que invitan al relax y a la contemplación. Y maravillosos oasis con muchísimas palmeras contrastan con las dunas de arenas interminables. Sus mayores atracciones son Hammamet, el principal enclave turístico, famosa por sus playas y jardines vistosos. Isla de Djerba, Madhia, antigua capital fatimi de hermosas playas y antiguas fortalezas, Port El Kantaoui y Sousse, mezcla de modernismo y tradición, ofrecen el encanto del típico pueblo tunecino. A una hora, al sur de Túnez se extienden sobre la bahía de Hammamet los balnearios Nabeul, Hammamet y Puerto El Kantaoui. Los dos primeros concentran la mayor parte de los turistas; sus playas de blancas arenas bañadas por las verdes aguas del Mediterráneo invitan a permanecer sumergidos la mayor parte del día evitando el tórrido calor del verano. Windsurf, jet-ski, parasailing… los amantes de los deportes acuáticos de parabienes. Al atardecer, tomar el tradicional té de menta en alguno de los bares con terrazas sobre la rambla, mientras se disfruta de la puesta del sol y del espectáculo que presenta algún turista tratando de montar un camello en plena playa. Los que gustan de la vida nocturna no se irán decepcionados, hay pubs y “discos” por doquier; para tener en cuenta, Playboy en Hammamet. Por su parte, Puerto El Kantaoui, dirigido a un turismo selecto, cuenta con hoteles cinco estrellas, un formidable campo de golf y una marina con 340 amarres donde se imparten clases de buceo para aquellos que quieran explorar su lecho marino repleto de corales. Tierra adentro, a 60 km al sudoeste por la ruta 57, se levanta la imponente Kairouan, cuarta ciudad sagrada del mundo musulmán. Sus grandes murallas cobijan a más de 50 mezquitas entre las que se encuentra la Gran Mezquita, construida en el siglo IX, de una belleza sin par. Otro de los prestigios principales de la ciudad sagrada son sus alfombras; miles y deslumbrantes, a cual más exquisita. Al visitante le costará decidir con cual quedarse. La alfombras genuinas poseen un sello de calidad y en el Centro de Artesanías brindan instrucciones para su cuidado y transporte. También a la misma distancia de El Kantaoui, sobre una meseta, se yergue la antigua ciudad romana El Jem, con su sorprendente bien preservado coliseo, casi tan grande como el de Roma. Construido en el año 230DC y con capacidad para 30 mil personas deja sin aliento y transporta a otra época. Basta con sentarse en las gradas y cerrar los ojos para escuchar a la multitud vivando a los gladiadores que luchan por su vida en la arena, o abucheando a los pobres cristianos a punto de ser engullidos por hambrientos leones. Por suerte para muchos, los únicos vítores que se oyen ahora es cuando se celebra el Festival de Música Sinfónica, entre Julio y Agosto.
No deje de visitar: - Barrio viejo, Túnez. - Desierto, Túnez. - Anfiteatro, Túnez. - Hammamet, Túnez.